Para la sal rosa de “L´Himalayen” la respuesta es un ¡SI! Rotundo. Esta sal fósil recogida de los sedimentos que dejó enorme océano existente hace más de 200 millones de años, y que le confieren sus extraordinarias propiedades organolépticas, es especialmente rica en minerales y oligoelementos, hacen de ella un sal enormemente valorada por el confort gástrico que nos aporta, el extraordinario potenciamiento de la diuresis y una clara estimulación del adelgazamiento.
¿Pero puede una sal hacer todo eso realmente? Si, para ello y en función de lo aquellas propiedades que queramos potenciar seguiremos los siguientes consejos.
- Para facilitar la digestión y mejorará el confort gástrico, deberemos preparar medio vaso de agua mineral con un gramo de sal “L´Himalayen”, sin remover, y beberlo después de las principales comidas. Así, y muy sí contrario de lo que podría parecernos, ayudamos a estabilizar el ph de una manera nada dolorosa y mucho más aceptable a nivel fisiológico, sin los inconvenientes de los antiacidos convencionales, en los que se pueden llegar a reactivar las secreciones ácidas, al actuar el agua como un tapón y siendo perceptualmente mucho más desagradable por el usuario.
- Para facilitar la diuresis y estimular el adelgazamiento, debemos dejar reposar durante toda la noche un litro y medio de agua con un gramo de sal “L´Himalayen”, sin remover, que deberemos ir bebiendo a lo largo del día siguiente, fuera de las comidas, de este modo conseguiremos eliminar más toxinas y evitaremos la sensación de hambre, y por tanto, también de las ganas de picar. Además, siguiendo este consejo también evitamos la acumulación de triglicéridos y la formación del falso colesterol.

¿Y vosotros, lo habéis probado ya? Parece fácil y sencillo ¿Os animaríais a hacerlo de cara a la operación bikini? Si lo hacéis no dejéis de comentarlo puede ser útil para otros usuarios…
Dejar un comentario